Este texto se publicó como crítica de la 1ª edición de La escisión del PNV. EA, HB, ETA y la deslegitimación del Estado español en Euskadi Sur en la sección LIBURUAK del diario EGIN el 9 de agosto de 1988. Su reproducción aquí como Prólogo de esta 2ª edición, 1ª en Internet, ha sido autorizada por Iñaki.
Tengo a bien proclamar continuamente el rechazo de la «objetividad» oficial, de esa estúpida pretensión de los funcionarios-intelectuales por construir discursos ciertos, verdaderos, etcétera. También insisto en la función central de la subjetividad revolucionaria en el proceso de elaboración de lo que se entiende por «verdad» y, por último, defiendo que existe una dialéctica entre la subjetividad y la verdad como proceso, de manera que el resultado –la praxis- constituye un método superior de entendimiento y acción. Se puede resumir el ascenso humano en esta área así: Aristóteles-Hegel-Marx.
Por ello, al llegar a mis manos esta obra de Justo de la Cueva y ojearla, rápidamente comprendí que me encontraba ante algo digno de prestarle la máxima atención precisamente por su estrecha atadura con el problema central de la praxis.
Ocurre que muchas veces, casi todas, y como si fuera una muestra previa, de aproximación, o como si de catar un vino se tratase, hay que ojear el libro, pasando sus hojas con rapidez, a vista de pájaro, deteniéndose en aquello que llama la atención, y más tarde entrar ya a saco con su totalidad. Y este vicio sibarita permite formar una idea que generalmente suele ser correcta: en el caso del libro de Justo de la Cueva el acto previo ha sido muy positivo. De principio a fin atrae y subyuga esa recurrencia sistemática a las cifras, a los datos, a los hechos contrastados, a las opiniones escritas y por ende imborrables, es decir, por una parte, asistimos a un ejercicio sistemático de análisis. Ahora bien, por otra parte, sorprende la presencia constante de la valoración sintética, de la refundición superior mediante la síntesis dialéctica de tamaña cantidad de análisis pormenorizados, minuciosos, rigoristas. Tal dominio del método analítico-sintético, imprescindible en el proceso praxístico, adquiere riqueza gracias a que no se detiene sólo en aquellos datos interesados por su afinidad al autor, sino que emplea también en abundancia los provenientes del enemigo, de los funcionarios-intelectuales del bloque de clases dominante. Así, el sempiterno problema de la objetividad/subjetividad asciende de lo abstracto a lo concreto, superando las abstrusidades oscuras de la ideología dominante.
Quiero incidir en esta cuestión capital: el método. Gracias a él, a la solidez de la estructura, a la manera en que se engarzan los sucesivos problemas, cada uno de ellos con unas ramificaciones muy interesantes para explorar, logra sujetarlo en su conexión esencial con la totalidad. Con ello, de principio a fin, el razonamiento lógico se relaciona con el razonamiento histórico y, a la vez, no sufre apenas al tener que pasar por el filtro del razonamiento pedagógico. Se logra así un discurso brillante y necesario. Necesario ¡claro! en sentido marxista que no sólo hegeliano. Llegamos con esto a otro tema imprescindible de dilucidar antes de comentar el texto en sí: la obra de Justo de la Cueva es «necesaria». ¿Qué quiere decir esto? Pues que no solamente llena un vacío, o que satisface una clásica necesidad ciega y pasiva, sino que superponiéndose a lo anterior, en primer lugar, es la expresión consciente de un proceso objetivo, y en segundo lugar, impulsa ese proceso por cuanto su necesidad es activa. De esa manera la teoría deviene acción, entroncándose en lo profundo de lo real, cantando tanto sus contradicciones y límites como sus alternativas y soluciones.
Gracias a todo lo anterior, ¡desgraciadamente!, debemos augurar un silencio impuesto y provocado por el poder opresor español sobre el libro. Su cualidad es, en este sentido, su peor enemigo. Si se tratase de una vulgaridad, o de un mensaje mediocre, o si fuese ambiguo e indirecto, entonces asistiríamos a una menor o mayor orquestación por parte de las instituciones del saber oficial. No siendo así, debemos esperar ese silencio inquisitorial que se ejerce con tanta profusión. Topamos con esto con otra característica de la teoría revolucionaria: su manifiesta parcialidad, su ubicación notoria en un bando preciso y su aceptación pública de las consecuencias que ello acarrea y, por último, el combate político que en torno al texto se libra inmediatamente: los oprimidos que necesitamos divulgarlo y expandirlo y los opresores que necesitan ocultarlo, cuando no quemarlo. El mismo Justo de la Cueva sabe mucho de elloPNV-EA, todo a una carta
En contra de lo que dicen tanto los interesados del PNV como la misma concepción ideológica burguesa, la causa de la crisis entre PNV y EA NO hay que buscarla en el personalismo y egocentrismo de Garaikoetxea, ni en el choque de personalidades de los burukides. Nada de ello es cierto. Tampoco lo es la versión dada por EA de que el origen de la ruptura hay que buscarlo en que ellos sí son nacionalistas y hasta independentistas, mientras que el PNV ha renegado prácticamente de esos principios y sentimientos básicos. Ninguna de las dos versiones es correcta. La primera es manifiestamente engañosa, aunque pueda ser cierto que en una reducidísima medida, y con carácter totalmente incidental y accesorio, el choque de personalidades haya agudizado la crisis, pero siempre dentro de una causalidad social determinante y previa.
En cuanto a la de EA, si bien es cierto que este partido ha hecho tremendos esfuerzos por vender una propaganda más aparentemente independentista, y si también es cierto que sus votantes y militantes asumen grados de conciencia abertzale superior, hay que afirmar que sustancialmente no se distancian mucho del bloque conceptual e ideológico del nacionalismo autonomista y regionalista histórico del PNV. De hecho, como se demuestra contundentemente, EA está mucho más cerca del PNV que de HB.
Por otra parte, la fecha de la escisión no es la oficial, la que asumen los interesados, sino que nace en el momento en el que se constata el fracaso irreversible del Estatuto de Gernika. Es aquí, cuando cunde la pesimista y amarga conciencia de que ha fracasado el montaje estatutario que empiezan de hecho la crisis, las tensiones y la ruptura. Tanto el PNV como EA están interesados en ocultar esta innegable realidad, ya que se lo jugaron todo a una baza en esa apuesta. Pusieron toda la carne en el asador, aceptaron las imposiciones y los planes pergeñados en Madrid y en las oficinas del capital monopolista internacionalizado. Ahora, con el fracaso histórico y antes de que se hunda la nave que ellos ayudaron a fletar, EA salta al bote salvavidas. Pero lo hace no pensando en los pasajeros pobres y populares, sino en sus intereses propios, especialmente en su previsible función futura de intentar taponar el ascenso por ahora imparable del MLNV.
Y la crisis del Estatuto y de la Foralidad –tema que desgraciadamente Justo analiza muy en resumen- no viene del aire, antes al contrario es el resultado dialéctico de una deslegitimación que existe en Euskadi Sur, que la sufre el Estado opresor, que viene de hace siglo y medio y que se incrementa gracias a la misma existencia de ETA y a la labor cotidiana de Herri Batasuna y del conjunto del MLNV. La complementariedad global de este cúmulo de factores objetivos y subjetivos, hace que la deslegitimación del Estado opresor aumente, hecho contrastable no sólo mediante resultados electorales, múltiples encuestas y sondeos, sino además mediante reiteradas opiniones expresadas por los más lúcidos, es decir, menos torpes, ideólogos del poder. La maniobra desesperada tendente a relegitimar al Estado, y que encuentra en el Estatuto su forma factual, ha conducido a un callejón sin salida. La crisis y la escisión es una respuesta obligada a ese fracaso y, a la vez, a la creciente fuerza del MLNV. Desde esta óptica, el responsable de la escisión es el mismo MLNV, por mucho que les escueza reconocerlo.
Ahora bien, el problema es más profundo. Como lo demuestra irrefutablemente, se trata de una crisis doble: primero, la crisis de la misma España en cuanto entidad en declive histórico, incapaz de autoconstruirse nacionalmente; segundo, la incompatibilidad antagónica de esta impotencia genética con la nación vasca que está siendo vehiculizada y construida por el pueblo trabajador. Es esta doble vertiente contradictoria, que encuentra sus raíces en la evolución global del capitalismo planetario, la que hace que, de un lado, haya fracasado ya el Estatuto pero, de otro lado, pueda preverse con bastante certidumbre que otros intentos similares fracasarán a su vez, teniendo en cuenta el empeoramiento general de las condiciones sociales como consecuencia de la misma crisis capitalista.
En base a tal constatación histórica se comprende que el electorado de Herri Batasuna, y contrariamente a todas las mentirosas falsedades que dicen los funcionarios-intelectuales, posee una homogeneización muy alta, una radicalización política muy sólida, un nivel de formación ética y cultural apreciable. El enemigo es sabedor de este nivel; su alternativa es cuádruple: primera, entrar a sangre y fuego para imponer el orden capitalista y español; segunda, que esta intervención genere una resistencia masiva y que les obligue a una prolongación sanguinaria; tercera, que realicen una fuga hacia delante reconociendo a un Estado vasco independiente pero burgués, reaccionario y capitalista, controlado por el poder imperialista y tutelado oficialmente por Garaikoetxea y, cuarta, que entablen una prolongada y tramposa negociación a la baja, con la intención de agotar y escindir al MLNV. Esta cuarta posibilidad, la más real, estaría apoyada en su momento por una variante de la tercera, variante sujeta a condicionamientos coyunturales provenientes de la misma fuerza del MLNV y de las dificultades del Poder.
Independientemente de pequeñas críticas y matizaciones no esenciales que se le pueden hacer al texto, sí hay un tema que se debe tratar: buscar la fórmula de popularizar su difusión teniendo en cuenta su alto precio y su volumen. Sería muy positivo publicar para más adelante, si se puede, un resumen asequible a miles de votantes-militantes que por ser del pueblo trabajador andan en precariedad permanente. También hay que encontrar métodos para que colectivamente se compre y se discuta este imprescindible libro. En él, la obra supera al autor.
Iñaki Gil de San Vicente
Euskal Herria,